Su amor por lo minimalista, funcional, elegante y discreto llevó a Bonnie a estudiar diseño desde muy jóven. Cuando estaba en preparatoria tomó materias de diseño textil y de comunicación visual. A pesar de quese prometió a si misma que se tomaría el tiempo de viajar antes de estudiar la carrera, la carta de aceptación para estudiar la carrera de Diseño Textil en la Universidad australiana RMIT llegó en un momento apropiado y por los siguientes dos años estudió como loca. Fue el destino que ella fuera de las últimas estudiantes en graduarse de la carrera, llevándose consigo conocimientos de los procesos del diseño, desde el concepto hasta la realización final. Además, desarrolló un profundo aprecio por la mano de obra. Aunque sólo tomó algunas materias sobre Tejido a máquina, a Bonnie le apasionó tanto que pronto se metió a trabajar para una tienda de tejidos en Melbourne. Poco después Bonnie ganó un concurso lanzado por la fábrica Tontine que la llevó a producir su propia línea.
Después graduarse, Bonnie se fué de viaje a Nueva York, Japón y Europa. Al final del viaje decidió quedarse en Glasgow por un tiempo en donde trabajó para Urban Outfitters y disfrutó de la escena nocturna y artística de la ciudad. Lo que más le gustó fue la arquitectura art deco de Charles Rennie Mackintosh y su escuela de arte infame. Al regresar a Melbourne Bonnie decidió estudiar de nuevo, esta vez diseño gráfico. Para combatir la depresión post-viaje, Bonnie decidió ser voluntaria en distintos galerías y festivales de arte , y además ayudó a comercializar ropa vintage. Conocer a la escena mercantil de Melbourne por medio de su marca vintage la ayudó a prepararse para la oportunidad que se presentaría poco después: co-ejecutar un mercado de diseño de interiores en el centro de CBD de Melbourne.
Poco después a Bonnie se le ofreció un puesto como asistente de diseño para la marca independiente Love Hate, en donde ahora hace de todo: desde diseñar hasta coordinar sesiones de fotos. Su primer amor es el diseño de patrones y relieves y el diseño todo lo no-convencional. Viajar tan lejos como China y tan cerca como Nueva Zelanda la ha formado de manera importante. En sus viajes ha aprendido que perderse en el mundo es la mejor manera de encontrarse a sí misma.
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Always excited by the minimalistic, functional, sleek and understated, Bonnie's love affair with design began in high school where she undertook double folio subjects - textiles and visual communication. Though she vowed she would take time to travel between high school and further study, Bonnie's acceptance into Studio Textile Design at RMIT seemed appropriate and she naively jumped head first into the most intense two years of study to date. It was fate it seems as Bonnie graduated as one of the last original Studio Textile Design students, taking with her an understanding of design process from concept to final physical realisation and a deep appreciation for workmanship. Though only minoring in Machine Knitting Bonnie felt it all consuming and so found herself knitting apparel for a local Melbourne knit wear label. Meanwhile Bonnie was a place winner in an industry competition with Tontine who went on to produce her design in their high-end linen range.
Upon graduation Bonnie felt the world beckoning so she set off for a year of travel taking her to New York, Japan, Europe and settling in Glasgow, UK for a time where she worked for global chain retailer Urban Outfitters and made the most of the night life and art scene engrained in the city - particularly revelling in the art deco architecture throughout the city - that of Charles Rennie Mackintosh and his infamous art school.
Upon returning to Melbourne Bonnie took up further study, this time furthering her hobby-love of graphic design. Whilst studying Bonnie fought off the post-travel blues by keeping herself busy volunteering in gallery art spaces, art festivals and co-running an up-cycled vintage wear label. Getting to know Melbourne's market scene through the label would prepare her for an opportunity to come some months later to co-run an indoor design market in the hub of Melbourne's CBD.
In the midst of unsatisfying study Bonnie was offered a position as a design assistant for indie Melbourne label Love Hate, which she now enjoys thoroughly working on tasks as broadly as photo shoots, designing patterns and packaging, all the way through to managing accounts. Her first love is pattern surface design and all things unconventional.
Travelling as far as China and as close as New Zealand Bonnie feels that travel has shaped much of who she is and what she knows today, agreeing that losing yourself in the wider world is the best way to find your feet.
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