Ximena grew up in Cozumel, surrounded by sea, jungle and tons of mosquitoes. She is caribbean at heart. When she was young, her parents didn't allow her to watch TV, so she became a big fan of reading books and any type of literature that fell on her hands. On a daily basis she enjoys reading the news, comics and National Geographic. She moved to Mexico City when she decided to study Law at ITAM, where she became really passionate about human rights. She has worked at several law firms pro-bono, at NGOs and more recently at the Mexican National Human Rights Commission. Although she loves her job, the past two years have been tough: she has witnessed a lot of cases of human rights abuses committed by the Mexican army. This motivated her to study more and more, and she has now finished a Masters degree on Human Rights. Her sense of style in the past years has been influenced by her grandparents, who have a very "old school" idea of what looks good and bad. Sometimes she falls back into her small-town-girl fashion choices, and usually goes for flea markets, she says "you have to find charm in that kind of stuff too".
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Ximena no nació, pero creció en Cozumel, rodeada de mar y jungla y mosquitos. Es caribeña de corazón. De niña le prohibieron ver la tele, así que es una aficionada de la lectura. Lee todo lo que le cae en las manos, pero en el día a día le encanta leer noticias, cómics y revistas como National Geographic. Llegó al D.F. cuando decidió estudiar Derecho en el ITAM, en donde encontró su pasión en los derechos humanos. Ha trabajado en despachos pro bono, en una asociación civil y finalmente en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en donde lleva más de dos años conociendo sobre los abusos de las fuerzas armadas en México. Acaba de terminar una maestría en derechos humanos también. Sus abuelos son quienes han moldeado más recientemente su sentido de la moda, pues ha vivido entre mocasines, tweed y reglas “old school” que dictan lo que se ve “bien” o “mal”, por casi 8 años. Ximena cree que con todo y las reglas ella sigue teniendo corazón pueblerino, pues “siempre acaba surtiéndose de “cosas de mercado y baratijas”, pues cree que hay que encontrarle lo bonito a todo.
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