Jeans: H&M | Sneakers/Tenis: Nike | Saco/Coat: All Saints | Blusa/Blouse: Nina Ricci | Sweater: Zara | Collar/Necklace: PAAR | Lentes/Sunglasses: Bamboo Life Co
The first time I went to the Oxfordshire Animal Sanctuary (OAS) I was shocked. Hundreds of dogs are abandoned every year, left tied to the gate, expecting someone else to take responsibility for them. Most of the dogs at the OAS have a history of abuse, and although the idea is to relocate as many dogs as possible into new homes, most of them are too shocked to be relocated. Every weekend, the sanctuary is open to anyone who wants to come and take a dog for a walk. I've been volunteering quite a bit recently, it's one of the best ways to spend a Sunday, plus, the OAS is right next to the Crazy Bear, a delicious pub that also has one of the best gourmet stores I've ever been to. This time we took Stanley, the only one that hadn’t been taken out that day.
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La primera vez que fuimos al Oxfordshire Animal Sanctuary (OAS) me traumé. Cientos de perros son abandonados todos los años frente a las puertas del santuario, esperando que alguien más se haga cargo de ellos. La mayoría de los perros en el OAS han sufrido abuso, y aunque la idea es tratar de encontrarles una nueva casa, la mayoría están demasiado traumados como para poder adaptarse bien a una nueva familia. Cada fin de semana, el OAS abre sus puertas a voluntarios que quieran sacar a pasear a alguno de los perros que viven ahí. Últimamente he sido voluntaria del OAS y es una de las mejores maneras de pasar el domingo. Ademas, el santuario esta a lado del Crazy Bear, un gastro-pub delicioso y una de las mejores tiendas gourmet que he visitado. Esta vez nos tocó sacar a pasear a Stanley, el único perro que todavía no había salido ese día.
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La primera vez que fuimos al Oxfordshire Animal Sanctuary (OAS) me traumé. Cientos de perros son abandonados todos los años frente a las puertas del santuario, esperando que alguien más se haga cargo de ellos. La mayoría de los perros en el OAS han sufrido abuso, y aunque la idea es tratar de encontrarles una nueva casa, la mayoría están demasiado traumados como para poder adaptarse bien a una nueva familia. Cada fin de semana, el OAS abre sus puertas a voluntarios que quieran sacar a pasear a alguno de los perros que viven ahí. Últimamente he sido voluntaria del OAS y es una de las mejores maneras de pasar el domingo. Ademas, el santuario esta a lado del Crazy Bear, un gastro-pub delicioso y una de las mejores tiendas gourmet que he visitado. Esta vez nos tocó sacar a pasear a Stanley, el único perro que todavía no había salido ese día.
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